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El siguiente formulario incluye material tanto para la visita con los ancianos como para la celebración pública de la profesión de fe, un enfoque que fomenta fuertes vínculos entre los dos eventos y fortalece la índole pastoral de la conversación con los ancianos.

PRIMERA PARTE: ANTE LOS ANCIANOS
En la junta con los ancianos, el pastor o el anciano que la preside, presentara a cada persona por nombre. Después de la presentación, se procede de la siguiente manera:

LAS PROMESAS DE LAS ESCRITURAS
Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor
y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.
Porque con el corazón se cree para ser justificado,
pero con la boca se confiesa para ser salvo.
Así dice la Escritura: “Todo el que confíe en él no será jamás defraudado.”
Romanos 10:9-11 NVI

Oremos.

O, Señor, fuente de toda luz y vida,
ilumínanos con tu sabiduría,
que lo que hagamos en este momento, pueda ser agradable a tu vista;
que tu iglesia sea fortalecida y aumentada; y
que tu nombre sea glorificado entre tu pueblo
tanto en la iglesia como en el mundo;
a través de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

COMPARTIENDO LA FE

Los ancianos entablarán una conversación con los individuos, indagando sobre su aceptación de la fe cristiana y la sinceridad de su deseo de vivir como miembros confesantes de la congregación. Si se han preparado credos personales (declaraciones de fe escritas), éstas se presentarán en este momento. 

LAS PREGUNTAS
El ministro o el anciano que preside la junta continúa:

Queridos amados en el Señor,
en el bautismo, somos injertados en Cristo,
recibidos en la casa de la fe, y
hechos herederos del pacto del cual el bautismo es la señal y el sello.
En gracia y misericordia,
Dios, por el Espíritu Santo,
ha implantado la fe a través de la Palabra y el sacramento.
Ustedes han venido ahora ante Dios y la iglesia
para profesar su fe en Cristo.

Las siguientes preguntas fueron escritas para dar respuestas al unísono. Si se desean respuestas individuales, el ministro o el anciano que preside la junta puede preguntar todas las preguntas y luego dirigirse a cada persona diciendo, “¿Cuál es tu respuesta?”

¿Crees en un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo; y 
confiesas a Jesucristo como tu Salvador y Señor?

Sí.

¿Aceptas las Escrituras del Antiguo y el Nuevo Testamento 
como la única regla de fe y vida?

Sí.

Confiando en la gracia de Dios, 
¿prometes confesar a Cristo públicamente delante de los demás, 
servirle a Cristo diariamente, y 
caminar en la senda de Jesús?

Sí.

¿Prometes exhibir el gozo de la nueva vida en Cristo;
participar plenamente en la vida de la iglesia;
ser fiel en la adoración y el servicio;
y ofrecer tus oraciones y tus dones?

Sí.

¿Prometes aceptar la guía espiritual de la iglesia, 
caminar en un espíritu de amor cristiano con esta congregación; y 
buscar aquellas cosas que fomentan la unidad, pureza y paz?

Sí.

BENDICIÓN
Al declarar tu fe, ten la seguridad de que 
Dios será fiel 
para fortalecerte, y 
para renovarte mediante el Espíritu Santo, 
para que puedas crecer en gracia y conocimiento, y 
para que puedas guardar este pacto fielmente todos los días de tu vida. 

La junta concluirá con la siguiente oración, u otra oración apropiada ofrecida por el ministro que preside la junta o por uno de los ancianos, y con la participación de todos en la oración del Padre Nuestro.

Oremos.

Dios todo poderoso, te alabamos, 
porque mediante la muerte y la resurrección de tu Hijo, Jesucristo, 
has vencido al pecado y nos has traído a ti; y 
que mediante el sello de tu Espíritu Santo 
nos has unido a Cristo y a su servicio.
Te damos gracias por el pacto del bautismo que haces con todos tus siervos. 
Así como tu gracia ha traído a [Nombre del candidato(a) (os)] hasta ti, 
continúa fortaleciéndolo(a) (os) y sosteniéndolo(a) (os).
Por medio de tu Santo Espíritu, aumenta diariamente tus dones en ellos:
el espíritu de sabiduría y entendimiento,
el espíritu de consejo y poder,
el espíritu de conocimiento y la reverencia del Señor,
el espíritu de gozo en tu presencia; 
todo a través de Jesucristo nuestro Señor,
quien nos ha enseñado a orar, diciendo:

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal;
porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria
ahora y por siempre. Amén.


Los ancianos llegarán a una decisión y podrían establecer una fecha para la recepción publica de los nuevos miembros confesantes.  

SEGUNDA PARTE: ANTE LA CONGREGACIÓN

PREPARACIÓN Y PRESENTACIÓN
El ministro se dirige a la congregación desde el frente:
Escuchen las palabras de nuestro Señor Jesucristo:
“Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.
Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre
y del Hijo
y del Espíritu Santo,
enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes.
Y les aseguro que estaré con ustedes siempre,
hasta el fin del mundo.”
Mateo 28:18-20 

Escuchen también estas palabras de las Santas Escrituras:
“Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu,
así como también
fueron llamados a una sola esperanza;
un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo;
un solo Dios y Padre de todos, 
que está sobre todos y por medio de todos y en todos.” 
Efesios 4:4-6 
y/o Gálatas 3:27-28; Romanos 6:3; Juan 1:12-13; Hechos 2:39

El bautismo es la señal y el sello de las promesas de Dios para su pueblo del pacto. 
En el bautismo, Dios promete solo por gracia:
perdonar nuestros pecados,
adoptarnos en el cuerpo de Cristo, la iglesia,
enviar al Espíritu Santo diariamente para renovarnos y purificarnos, 
y resucitarnos a la vida eterna.

Esta promesa es hecha visible en las aguas del bautismo.

Puede derramar/verter el agua en la fuente en este momento.

El agua limpia,
purifica,
renueva,
sostiene;
Jesús es agua viva.

Por medio del bautismo, Cristo nos llama a una nueva obediencia:
amar y confiar en Dios completamente,
abandonar el mal del mundo, y
vivir una vida nueva y santa.

Sin embargo, cuando caemos en pecado,
no debemos perder las esperanzas en la misericordia de Dios,
ni seguir en el pecado,
porque el bautismo es señal y sello
del pacto eterno de gracia de Dios con nosotros.

PRESENTACIÓN
Un anciano presentará a los candidatos para el bautismo y/o profesión de fe, usando las siguientes declaraciones que apliquen; los candidatos pasarán al frente en cuanto se lea su nombre. 

Los ancianos de (nombre de la congregación) han bienvenido a estas personas quienes se presentaron delante de ellos, e hicieron profesión de su fe cristiana.  

Nombrar a todos los candidatos para el bautismo y la profesión de fe inicial:

Nombres (usando nombres completos), vienen ante nosotros para hacer pública esta profesión de fe, y para recibir el sacramento de bautismo;

Nombrar a todas las personas bautizadas, incluyendo aquellas haciendo su profesión de fe inicial, a las personas reafirmando su fe, y a las personas transfiriendo su membresía de otra congregación:

Nombres (usando nombres completos) han sido bautizados en el cuerpo de Cristo. Al hacer pública esta profesión de fe, ellos afirman el significado de su bautismo.

Si la congregación desea mencionar las congregaciones de las cuales se están recibiendo los miembros que están transfiriendo su membresía, puede hacerse una declaración adicional, “Nombres son recibidos de (nombre de iglesia y ubicación).”

Les pedimos ahora que declaren su fe delante de Dios y de la iglesia de Cristo, para que podamos regocijar juntos y darles la bienvenida como hermanos y hermanas en Cristo.

PROFESIÓN DE FE
El ministro se dirige a los candidatos:

Amados de Dios, 
les pido delante de Dios y de la iglesia de Cristo 
que rechacen el mal,
que profesen su fe en Cristo Jesús, y 
que confiesen la fe de la iglesia. *
¿Renuncian al pecado y al poder del mal 
en su vida y en el mundo?

Sí, lo renunciamos.

¿Quién es tu Señor y Salvador?

Jesucristo es mi Señor y Salvador.

¿Prometes ser un miembro fiel de esta congregación y,
por medio de la alabanza y el servicio,
buscar avanzar los propósitos de Dios
aquí y a través del mundo?

Sí, lo prometo, y le pido a Dios que me ayude.

Si también van a ser bautizados los hijos de las personas siendo recibidas, se les preguntará a los padres: 
¿Prometen instruir a este(a)/estos hijo(a)/hijos
en la verdad de la Palabra de Dios, 
en el camino de salvación mediante Jesucristo; 
orar por ellos, enseñarles a orar; y 
entrenarlos en el camino de Cristo mediante su ejemplo, 
a través de la alabanza, y 
el alimento espiritual de la iglesia?

Sí, lo prometo, y le pido a Dios que me ayude.

La congregación se pondrá de pie; el ministro o el anciano se dirige a los miembros de la congregación:

¿Prometen amar, alentar, y apoyar 
a estos hermanos y hermanas 
al enseñar el evangelio del amor de Dios, 
siendo un ejemplo de fe y carácter cristiano, y 
al darles el fuerte apoyo de la familia de Dios 
en convivio, oración y servicio? 

Sí, lo prometemos.

El ministro o anciano se dirige a los candidatos:

¿Prometes aceptar la guía espiritual de la iglesia, 
caminar en un espíritu de amor cristiano con esta congregación, y 
buscar las cosas que fomentan unidad, pureza y paz?

Sí, lo prometo.

La congregación y los candidatos se unirán al confesar su fe mediante las palabras del credo de los Apóstoles. Se pueden omitir las preguntas.  

¿Crees en Dios Padre?
Creo en Dios, Padre todopoderoso,
creador del cielo y la tierra.

¿Crees en Jesucristo, el Hijo de Dios?
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; 
que fue concebido del espíritu Santo, 
nació de la virgen María;
padeció bajo Poncio Pilato, 
fue crucificado, muerto, y sepultado; 
descendió al infierno. 
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Ascendió al cielo, 
y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. 
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. 

¿Crees en el Espíritu Santo?
Creo en el Espíritu Santo,
la santa iglesia católica,
la comunión de los santos; 
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne,
y la vida eterna. Amén. 

La congregación puede sentarse; el ministro continúa. Si el bautismo no se va a celebrar, proceda con la bendición y la bienvenida.

ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS
El Señor sea contigo.
Y también contigo.
Demos gracias al Señor nuestro Dios.
Es justo darle nuestras gracias y alabanza.

Te damos gracias,
O Dios Santo de gracia,
por el regalo de agua.

En el comienzo de la creación, tu Espíritu se movía sobre las aguas.
En las aguas del diluvio destruiste el mal.
Guiaste a los hijos de Israel a través del mar
a la libertad de la tierra prometida.
En el rio Jordán, Juan bautizó a nuestro Señor
y lo ungió tu Espíritu. 

En su muerte y resurrección
Jesucristo, el agua viva,
nos libera del pecado y la muerte
y abre el camino a la vida eterna.
Te damos gracias, o Dios, por el regalo del bautismo.
En estas aguas tú nos confirmas
que hemos sido enterrados con Cristo en su muerte,
resucitados para compartir en su resurrección, y
que estamos siendo renovados por el poder del Espíritu Santo.

Derrama sobre nosotros tu Espíritu Santo,
para que quienes aquí son bautizados
puedan ser limpiados, y reciban nueva vida.
A ti sea toda honra y gloria, dominio y poder,
ahora y por siempre,
mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

EL PACTO DEL BAUTISMO
Si los niños van a recibir bautismo, el ministro puede preguntarles a los padres de cada niño:

¿Cómo se llama este niño?

Los padres darán el nombre cristiano; el ministro puede sostener en brazos a los bebés o a los niños pequeños, dirigiéndose a cada uno:
Nombre (use el nombre cristiano; omita el apellido).
Por ti vino Jesús al mundo;
por ti Él murió y conquistó la muerte;
todo esto lo hizo por ti, pequeño,
aunque tú no sepas nada de esto todavía.
Amamos porque Dios nos amó primero.

El pacto del bautismo será repetido para cada persona recibiendo el bautismo. Usando el nombre cristiano, omitiendo el apellido; el ministro inmersa en agua a la persona, o derrama o rocía agua visiblemente y generosamente sobre ellos al pronunciar cada uno de los nombres de cada persona de la Trinidad, diciendo:

Nombre (use el nombre cristiano; omita el apellido), te bautizo 
en el nombre del Padre
y el Hijo,
y el Espíritu Santo. Amén.

El ministro puede hacer la señal de la cruz sobre la frente, diciéndole a cada persona:

Nombre (use el nombre cristiano; omita el apellido), hijo(a) del pacto,
en el bautismo eres sellado por el Espíritu Santo y
señalado como perteneciente a Cristo por siempre. Amén.

Cuando todos hayan sido bautizados, el ministro puede hacer la siguiente declaración:

En el nombre del Señor Jesucristo,
el único Rey y Cabeza de la iglesia,
estos hijos de Dios son ahora
recibidos a la membresía visible de la santa iglesia católica,
comprometidos a confesar la fe de Cristo, y
a ser siervos fieles hasta el final de la vida. 

BENDICIÓN Y BIENVENIDA

El ministro puede proseguir ofreciendo la oración de bendición, imponiendo las manos sobre la cabeza de todos los que están siendo recibidos. Los ancianos pueden unirse en la imposición de las manos.

Defiende, o Señor, a este tu siervo, Nombre (use el nombre cristiano; omita el apellido), 
con tu gracia celestial, 
para que pueda seguir siendo tuyo(a) por siempre, y 
aumentar más y más cada día en tu Espíritu, 
hasta que venga a tu reino eterno; 
mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

El ministro invita que se ponga de pie la congregación:

Por el Espíritu Santo, todo el que cree y ha sido bautizado 
recibe un ministerio 
de testificar a Jesús como Salvador y Señor, y
de amar y servir a aquellos con quienes viven y trabajan.
Somos embajadores de Cristo,
quien reconcilia y completa.
Somos la sal de la tierra;
somos la luz del mundo.

Denles la bienvenida a nuestros hermanos y hermanas en Cristo.

Con gozo los recibimos.
Únanse a nosotros en dar testimonio en el mundo de las buenas nuevas, porque somos uno solo en Cristo Jesús.
Aleluya.

La congregación puede decir o cantar la siguiente bendición mientras que los ancianos saludan a los nuevos miembros confesantes:

El Señor te bendiga y te guarde;
el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti,  
y tenga de ti misericordia;
el Señor levante hacia ti su rostro, 
y ponga en ti paz. Amén.

Números 6:24-26

*O “confesar la fe de la iglesia como se nos enseña en los credos y confesiones de esta iglesia."