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El siguiente formulario para la ordenación/instalación de capellanes busca reconocer la diversidad de llamados y puestos incluidos dentro de la designación de capellán. Es entendido que la capellanía no es un oficio distinto, sino que cae bajo el oficio de ministro de la Palabra, o bajo pastor comisionado, y sin embargo el rol del capellán obrando fuera de la iglesia organizada es lo suficientemente único y merece su propio formulario para ordenación/instalación.

Secciones que comienzan con A-G corresponden a las siguientes categorías:

A. Palabra y Sacramentos
B. Alabanza
C. Jóvenes
D. Formación de Fe
E. Cuidado Pastoral
F.  Evangelismo
G. Militar

Usted deberá decidir cuáles categorías se aplican al llamado del capellán que va ser ordenado/instalado en su congregación. La mayoría de la obra de la capellanía se enfoca particularmente en el cuidado pastoral. Este formulario sirve como una plantilla que usted puede adaptar para ajustarse a su entorno particular.

El anuncio

Congregación de Jesucristo:
Hoy nos regocijamos en el amor y cuidado especial de Cristo por su iglesia porque tenemos el privilegio de ordenar/instalar a [nombre] como capellán [o: para un ministerio especial de esta iglesia]. Debido a que [nombre] ha aceptado el llamado de [nombre de la congregación o institución que esta ordenando/instalando], procederemos ahora con la ordenación.

La introducción

Desde el principio, toda la iglesia del Nuevo Testamento ha sido llamada a anunciar las buenas nuevas de la salvación en Jesucristo al mundo entero: "Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que yo les he mandado a ustedes" (Mateo 28: 19-20). Pronto se hizo evidente que la tarea encomendada a la iglesia era vasta y compleja y que "hay diversos dones, pero un mismo Espíritu. Hay diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. Hay diversas funciones, pero es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos" (1 Corintios 12: 4-6). Por lo tanto, la iglesia, bajo la guía de los apóstoles, instituyó distintos ministerios para asegurar que la obra se hiciera bien (Hechos 6: 1-6). Aquellos dedicados a estos ministerios debían funcionar con el poder y la autoridad de Cristo, un poder y una autoridad arraigada en la obediencia a su Palabra y expresada ​​mediante el servicio pleno de amor.

Por lo tanto, estos ministerios deben distinguirse de los más generales dados por Cristo a todos los creyentes. El oficio de capellán es uno de estos ministerios específicos.

La instrucción

De diversas maneras, cada capellán es un siervo de Cristo y de la iglesia, un mayordomo en la casa de Dios, un maestro para explicar el misterio del evangelio, un pastor que cuida al rebaño y un embajador y un heraldo de Nuestro Rey, proclamando el mensaje de reconciliación. Como [nombre del cargo] en [nombre de la congregación o institución], usted también ha recibido un llamado específico.

[Utilice uno o más de los siguientes párrafos si son aplicables al llamado del capellán, o adáptelos, o escriba sus propias palabras. El enfoque del ministerio de la mayoría de los capellanes será el cuidado pastoral.]

(Palabra y Sacramentos)  Como capellán, usted puede ser llamado a predicar. La predicación de la Palabra debe reflejar fielmente la Palabra de Dios y relacionarla a las necesidades de los oyentes. Pablo enfatizó esta exigencia cuando escribió: "Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia…” (2 Timoteo 4: 2). Y debido a que los sacramentos están estrechamente relacionados con la predicación de la Palabra, el capellán podría contar con el privilegio de administrar el santo bautismo y la Cena del Señor.

(Alabanza)  Como capellán, usted podría ser llamado a dirigir al pueblo de Dios en la adoración. Comience todos sus esfuerzos ministeriales con la convicción de que el Señor es "grande [...] y digno de suprema alabanza "(Salmo 48:1); "¡Cuán bueno es cantar alabanzas a nuestro Dios, cuán agradable y justo es alabarlo!" (Salmo 147:1). Recuerde siempre que Cristo nos llama a adorarle "en espíritu y en verdad" (Juan 4:24) y que Dios nos llama a congregarnos (Hebreos 10:25). Todos sus esfuerzos de liderazgo deben ser llevados a cabo con la convicción de que "¡al que está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!" (Apocalipsis 5:13). Cuide bien de su propio espíritu y corazón para que su liderazgo provenga de un corazón y una mente fijas en el Señor. Mueva nuestros corazones, sabiendo que nuestra adoración es la preparación para unirnos al coro celestial.

(Jóvenes)  Como capellán, usted podría ser llamado a enseñar y formar la fe de nuestros jóvenes. Cuando Jesús le dijo a Pedro: "Apacienta mis corderos" (Juan 21:15), les encomendó a sus seguidores un cuidado especial por los jóvenes. El capellán debe instruir a los miembros bautizados de la congregación y a otros en nuestra comunidad en el camino de la salvación, y alentar y ayudar a los que enseñan junto a él (2 Tim. 2:2). "Tengan cuidado de sí mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha puesto como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre "(Hechos 20:28). Sea un amigo y un ejemplo de Cristo para nuestros jóvenes. Brinde una guía clara y alegre. Mediante palabra y por ejemplo, apoye al pueblo de Dios en su dolor y debilidad, y celebre sus alegrías con ellos. Mantenga en confianza todos los asuntos delicados que se le confían. Sea compasivo. Conozca las Escrituras, que son "útiles para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia” (2 Timoteo 3:16). Ore continuamente por la iglesia. Recuerde en todo momento, que si verdaderamente brinda liderazgo espiritual en la casa de la fe, usted debe ser completamente dominado por su Señor (1 Timoteo 3: 2-7).

(Formación de Fe)  Como un capellán, usted podría ser llamado usted a la tarea específica de lograr la formación de la fe de nuestra comunidad, a través de la alabanza, educación y oportunidades de servicio. El apóstol Pablo nos ha enseñado en Efesios 4:11-13 que Jesús "constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo. De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforma a la plena estatura de Cristo". A fin de que cada persona siguiendo a Jesucristo pueda alcanzar estos objetivos, usted podría ser llamado a asistirle a esta iglesia en su promoción de un programa vital de educación y formación de fe.

(Cuidado Pastoral)  Como capellán, usted ha sido llamado a visitar a los están en crisis dentro de la comunidad a la que sirve [miembros de la congregación y la comunidad en general], visitando a los enfermos y a los que sufren, consolando a los que están de luto, alentando a los débiles, amonestando a los que se desvían y aconsejando a aquellos que necesitan orientación, guardando las confidencias sobre esos temas compartidos durante consejería o en confesión. El capellán se regocija con quienes se regocijan y llora con quienes lloran (Romanos 12:15).

(Evangelismo)  Un capellán no sólo es llamado para servir a los que ya son miembros de la iglesia de Cristo, sino también a servir y entablar conversaciones con aquellos de otras fes o sin fe aparente. Como verdadero discípulo de nuestro Maestro, el capellán debe mostrar que la iglesia existe también para el mundo y que la tarea misionera de la iglesia forma una parte esencial del llamado de la iglesia.

(Militar)  Como capellán militar, ha sido llamado a un ministerio en el cual no solo sirve a los que están bajo su cuidado, sino que también vive entre ellos, se despliega con ellos, y les representa a Cristo en todo momento y en todo tipo de lugares. "Tengan cuidado de sí mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha puesto como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre” (Hechos 20:28). Sea un amigo y un ejemplo de Cristo para todos. Sea un amigo y un ejemplo de Cristo para nuestros jóvenes. Brinde una guía clara y alegre. Mediante palabra y por ejemplo, apoye al pueblo de Dios en su dolor y debilidad, y celebre sus alegrías con ellos. Cuide a los que sufren, consuele a los que están de luto, aliente al débil, reprenda a los que se desvían y aconseje a aquellos que necesitan orientación. Predique la Palabra, administre los sacramentos, y guie al pueblo de Dios en alabanza. Conozca las Escrituras, que son "útiles para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia” (2 Timoteo 3:16). Cuide su corazón y su mente. Recuerde en todo momento, que si verdaderamente va a brindar liderazgo espiritual otros, usted debe ser completamente dominado por su Señor (1 Timoteo 3:2-7).

Como siervo de Cristo, el capellán debe cuidar al hambriento, al sediento, al extranjero, al desnudo, al enfermo y a los que están en prisión (Mateo 25:31-46).

Como parte de todo este trabajo, el capellán proclama, explica y aplica las Sagradas Escrituras mediante su palabra y sus hechos a todos aquellos bajo su cuidado. Para este trabajo, el capellán debe estar comprometido con el ministerio de la oración, uniéndose a todos los cristianos en la confesión, la intercesión, la acción de gracias y la alabanza.

Las preguntas

[Nombre], para que todo el pueblo de Dios reunido aquí pueda testificar que usted, en la fuerza del Señor, acepta las responsabilidades de este oficio, se le pide que se ponga de pie y responda las siguientes preguntas:

¿Cree usted que dentro del llamado de esta congregación Dios le llama a usted a este santo ministerio??

¿Cree usted que el Antiguo y el Nuevo Testamento son la Palabra de Dios, la única regla infalible de fe y vida?

¿Se suscribe a los estándares doctrinales de esta iglesia, rechazando toda enseñanza que los contradiga?

¿Promete ser un siervo fiel, conducirse de una manera digna de su vocación y someterse al gobierno y a la disciplina de la iglesia?

[Nombre], ¿cuál es su respuesta?
Respuesta: Sí, con la ayuda de Dios.

[El ministro oficiante entonces dirá, junto con la imposición de manos:]
Que Dios, quien le ha llamado a este gran y glorioso oficio, lo ilumine, fortalezca y gobierne por la Palabra y el Espíritu para que usted sirva fiel y fecundamente en su ministerio, para la gloria del nombre de Dios y la venida del reino del Hijo, Jesucristo. Amén.

[Ahora se les pide a los miembros de la congregación que se pongan de pie para hacer sus votos. El ministro oficiante se dirige a ellos:]
Querida congregación de Cristo, les pedimos que respondan a las siguientes preguntas con "Sí, con la ayuda de Dios".

¿Le dan la bienvenida en el nombre del Señor a [nombre] como su capellán llamado a servir a [nombre de la congregación y/o institución]?

¿Prometen orar por [nombre], mientras lleva a cabo esta tarea con obediencia, amor y respeto?

Congregación, ¿cuál es su respuesta?
Sí, con la ayuda de Dios.

[Opción 1]

El Cargo

[El ministro oficiante (o quien haya sido designado) entonces felicitará y alentará al pastor y a la congregación de la siguiente manera:]

Querido amigo y compañero de servicio de Cristo:

Nos regocijamos con usted en este día en el cual, tras mucha preparación, ha sido ordenado/instalado como capellán. [O: Todos nos regocijamos con usted en este día en el que comienza su ministerio en [nombre de la congregación y/o institución.]]

Nuestro deseo es que experimente mucha alegría en el cumplimiento de su llamado y que al ejercer la autoridad del oficio que se le ha confiado, siempre permanezca un humilde servidor. Cuide fielmente a los que ha sido llamado a servir: los viejos y los jóvenes, los fieles y los infieles, los sanos y los enfermos, los fuertes y los débiles. Regocije con los que se alegran y sufra con los que sufren.

Use todos sus talentos al máximo de su capacidad, y no descuide ninguno de sus dones. Y un día nuestro Pastor principal le dará la corona de gloria, diciendo: ¡Bien hecho, siervo bueno y fiel!

Y a ustedes, queridos hermanos cristianos, oren por [nombre] todos los días.

Que usted como pastor comisionado y esta congregación vivan como la novia que anhela la venida de nuestro Novio celestial, orando, "Ven, Señor Jesús" (Apocalipsis 22:20).

Demos gracias ahora y pidamos al Señor que nos ayude a hacer lo que hemos prometido.

La oración

Gracias, Señor, en este día por tus muchas bendiciones. Gracias por tu iglesia. Gracias por darle a tu iglesia la tarea de llamar a otros a tu gracia salvadora en Jesucristo y al compañerismo de la comunidad del pacto.

Hoy te damos las gracias en particular por quienes sirven como capellanes de parte nuestra. Pedimos que bendigas a [nombre] como un siervo de Cristo y de la iglesia.

Fortalece a [nombre] y a todos nosotros en la obra de tu iglesia para que podamos ser la sal de la tierra y la luz del mundo. Ayúdale a [nombre], a soportar el calor del día y la oscuridad de la noche, sosteniéndole mediante tú presencia curativa y tu guía. Que juntos podamos alegrarnos en los diversos llamados que nos han dado mientras servimos en su nombre.

Todo esto lo pedimos con corazones agradecidos en el nombre de tu querido Hijo, nuestro Señor y Salvador. Amén.

[Opcion 2]

El Cargo

[El ministro oficiante (o quien haya sido designado) entonces felicitará y alentará al capellán y a la congregación de la siguiente manera:]

Hermanos y hermanas en Cristo, con gozo apoyen a [nombre del capellán] como su pastor asociado [o pastor comisionado] sirviendo como capellán en [nombre de la institución]. Denle aliento mientras que él/ella ministra a individuos, a familias y al personal de [institución]. Oren por él/ella mientras él/ella representa la presencia sanadora, de guía y sustentadora de Dios a quienes se ven heridos, vulnerables, o quebrantados. Considérense ustedes mismos como compañeros en el ministerio de él/ella, cumpliendo así el llamado de Dios para todos nosotros de servir a Cristo con gratitud como nuestro Rey. Sean recordatorios ustedes mismos de la presencia de Dios y asistan a [nombre del capellán] en mantener una visión del reino.

Que el Dios de paz, quien mediante la sangre del pacto eterno resucitó de entre los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran Pastor de las ovejas, nos capacite a todos con todo lo bueno necesario para hacer la voluntad de Dios, y que Dios obre en nosotros lo que sea agradable a Dios, mediante Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

La oración

Dios lleno de gracia,
Te damos gracias porque deseas extender el poder sanador de tu gracia para todos a través del ministerio de tu pueblo, empoderado por tu Espíritu Santo.

Te damos gracias por los dones de este siervo, enviado a [nombre de la institución] como un agente de tu gracia.

Llénalo(a) ahora con tu Espíritu Santo.

Ilumina su mente para conocer la verdad de tu Palabra.

Ablanda su corazón para sentir compasión hacia toda persona que conozca.

Guía sus manos para obrar para el bien de otros y para la gloria de Dios.

Forma su carácter para que otros puedan ver a Cristo en él/ella.

Dale palabras para dar a conocer con sensibilidad tu profunda compasión y tu gracia restauradora.

Dótale de sabiduría para cuidar y guiar al pueblo al cual ministra.

Dale a tu siervo valentía para cumplir su llamado en contra de toda dificultad.

Ayúdales a los individuos y al personal de [nombre de la institución] a verlo/a como tu siervo. Que ellos lo/la reciban como un pastor y que confíen en él/ella con sus almas y sus historias de vida. Que a través de su ministerio profundicen su confianza en ti Señor y que crezcan en fe, esperanza y amor.

Oramos, oh Dios, por tu amado hijo, en cuyo nombre oramos,

Padre nuestro que estás en los cielos. . .