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Postura
La capacidad humana y la inclinación a bailar tienen raíz en la creación, no en la caída. El baile es una expresión valida de la imagen de Dios manifestado a través de la sensibilidad artística y la sociabilidad de sus criaturas. Junto con cada otra capacidad humana creada, el baile sufre de nuestra condición caída pecaminosa. Como resultado, el cristiano no debe rechazar el baile, sino redimirlo, dándose cuenta que algunas formas de baile son más difíciles de redimir que otras.
Historia
A finales de los 70’s, Calvin College (ahora Calvin University), decidió permitir el baile social en su campus como una actividad recreacional sana. Su petición de una respuesta del Sínodo condujo a un estudio titulado “El Baile y la Vida Cristiana”, el cual fue comisionado en 1978, y recomendado a las iglesias para estudio en 1980, y presentado al Sínodo 1982. Ese Sínodo reafirmo la postura de 1966 sobre la relación del cristiano al mundo, y sobre el ejercicio de la libertad cristiana. También adopto las recomendaciones acerca del baile como una expresión cultural, una evaluación Cristian de las formas de baile, y directrices acerca del baile para instituciones cristianas. Al Comité Litúrgico de las Publicaciones de la ICR se le pidió que estudiara el uso de baile litúrgico en la alabanza, y reportó sobre el tema en 1985. El Sínodo recibió el reporte como información y lo refirió a las iglesias, pero detuvo acción acerca de la implementación del baile litúrgico.
Referencias a Las Agendas y Actas del Sínodo
Acts of Synod 1971, pp. 139, 609-23
Acts of Synod 1977, pp. 97, 210-11, 214-24
Acts of Synod 1978, pp. 106-7, 129, 167-71, 650, 652, 655
Acts of Synod 1980, pp. 79-81, 103, 448-66
Acts of Synod 1982, pp. 86-91, 556-75
Acts of Synod 1983, pp. 39, 499-500, 673
Acts of Synod 1984, pp. 198-99, 437-38, 594, 631, 656
Acts of Synod 1985, pp. 242-57, 638-39, 785-87